domingo, 21 de agosto de 2016

Mis sentidos

El mundo me llega hecho sonidos, imágenes y colores, texturas, olores, sabores... mi mundo está rodeado de mis sensaciones... 

Mi sentido más grande es el tacto. Mi piel me protege del mundo externo, pero me permite conectarme con el universo. Yo toco, tú tocas, él toca, nosotros tocamos, ustedes tocan, ellos tocan, todos perciben el mundo por la piel. Tocar, una palabra tosca en su estructura, pero suave en su quehacer. tocar empieza en las manos y termina en el corazón.

Mis ojos traen el mundo a mi interior, estoy lleno de paisajes, de caras, de cuerpos, de naturaleza, de formas. Mis ojos me abren al mundo y descubro cada vez más este universo que me llega desde todos lados.

Mi olfato y mi gusto se acompañan para dar cuenta de los sabores que me engolosinan la vida, desde los más dulces hasta los más amargos. Así mismo los aromas y los de los bálsamos que me hacen la vida placentera.

Mi oído me acerca a los sonidos que habitan este universo: la naturaleza, los pájaros, los ríos, el viento, el trueno, la tormenta, el vendaval... pero me regala lo más preciado para mí: la voz humana, con sus particularidades en cada ser humano, la ternura de los niños y sus familias, la dulzura de los enamorados, la frescura de los jóvenes, la lozanía de los abuelos, en fin, me regala el sonido más maravilloso que he podido escuchar: la voz humana.

Escuchar es un privilegio, pues el mundo se convierte en vibraciones, en ondas que te hacen conmover hasta el extremo. Máxime si se trata de la voz humana, ese maravilloso sonido que me regala palabras, pensamientos, emociones... me regala su lenguaje, su humanidad, su cercanía. 

Escuchar es un arte, pues exige olvidarse de uno mismo, en este universo de ruido,  para poner los sentidos en quien habla, para ver sus gestos, para tocarlo con la mirada, para degustar sus particularidades, para oler las múltiples posibilidades de su discurso, para reconocerlo en su palabra hablada... dulce melodía, voz humana.

Escuchar es la mayor responsabilidad comunicativa del ser humano... es usar los cinco sentidos para disponerse al otro.

1 comentario:


  1. ¡Excelso! esa es la palabra para definir esta entrada, que demuestra qué clase de persona puede entender la vida como ese darse al otro, el comprender el verdadero sentido de los sentidos ( que valga la redundancia) y de cada habilidad y capacidad que tenemos, como esa herramienta potencial para construirnos en relación a los otros y para servicio de ellos. También, como esa conciencia del uso de los sentidos en todo su potencial para llevarlos al propósito, no solo del sentir o del disfrute, sino a la intención de comunicarse con responsabilidad y respeto, y crear la sociedad que los “buenos” deseamos; una donde se escuche a los que quieren hablar y donde se hable con una responsabilidad política de transformar no solo nuestras vidas, sino las del resto de la humanidad.
    Sin duda, disfruté mucho ese recorrido simpático que hace a través de sus sentidos interconectados y sinestésicos, contados desde el acto de la escucha o recepción, donde no solo se puede disfrutar al otro en todos los planos, particularidades, texturas, olores y sabores, sino que se le puede tocar con el alma, así como este escrito se puede leer pero también, puede sentirse en lo más profundo del espíritu, como un abrazo de un amigo: del maestro, quien nos enseña sobre lealtad, responsabilidad y el valor de la sensibilidad por el otro.

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